Mi Delirio Sobre el Chimborazo: Bicentenario del poema visionario del Padre Libertador
El 13 de octubre de 1822, El Libertador Simón Bolívar escribe “Mi Delirio Sobre el Chimborazo”, una obra verdaderamente literaria y cargada de gran belleza, que es única con una finalidad esencialmente poética, pero que confirma su pensamiento visionario a través de una prosa siempre fina y enérgica que ejerció un poder humano de gran envergadura a lo largo de la historia.
En ella llega a mostrar la pequeñez humana delante de lo infinito. Los expertos la califican como una de las piezas representativas del primer romanticismo en las letras de Venezuela, que tiene la singularidad de haberse inspirado en la vida y en la obra de su propio autor.
A través de ella, Bolívar deja impresa para el futuro sus pensamientos personales sobre la unidad de Colombia después de la Batalla de Carabobo (1821). El poema en prosa es una alegoría, una ensoñación, un delirio de sus pensamientos y visión ideológica sobre el futuro de su lucha independentista contra el imperialismo, bajo la unidad territorial de las repúblicas liberadas que soñó y que fue realidad por algunos años.
En la primera parte, expresa la ascensión al Chimborazo, monte en la provincia del mismo nombre, en Ecuador, que tiene a sus pies la ciudad de Riobamba, capital de dicha provincia.
Es dramática en la segunda parte, pues da una solución simbólica y estética, al terrible y pavoroso drama aludido por el propio Libertador en sus reflexiones.
Símbolos:
Chimborazo es el nombre del Dios de la antigua nación Puruhá, que más tarde fuera adorado por los Incas. Su nombre tiene varios significados en los dialectos vernáculos: Viene del jíbaro chimbu, asiento, dueño de casa; del aymará, rassu, montaña; del colorado shimbu, mujer y rassu, nieve.
La mitología indígena considera al Chimborazo como esposo de la Tungurahua, montaña situada frente al mitológico cónyuge. Las etnias de la provincia del Chimborazo creen que las dos montañas se unen cuando el cielo resplandece por los relámpagos en las noches de tormenta.
El Chimborazo es el volcán y la montaña más alta de Ecuador, con seis mil 263 metros sobre el nivel del mar. Su clima posee temperaturas desde los 0°C a 10°C. Al estar a los pies del volcán Chimborazo, el clima es frío andino y en la cumbre es glacial.
Alexander Von Humboldt, intentó llegar a la cima del Chimborazo, pero sólo alcanzó los cinco mil 900 metros sobre el nivel del mar. Fue en los trabajos de Humboldt, que el joven Bolívar durante su viaje a Europa, conoció por primera vez, en una infografía, al majestuoso Coloso de los Andes.
En la visión de esta montaña ecuatoriana se inspiró el genio de Simón Bolívar, al momento de plasmar sus pensamientos en su delirio poético.
El espíritu libertario retratado en esta excepcional obra, es la alegoría de la causa independentista, que refleja su sueño del ideal revolucionario de la unidad de las nuevas repúblicas suramericanas, bajo el nombre de Colombia La Grande.
Chávez: Colombia es la unidad
“Colombia, Colombia, Colombia. Miren, un día como hoy, hace muchos años, Simón Bolívar escribía un documento maravilloso, yo les recomiendo que lo lean y nosotros tenemos que hacerlo llegar, pero por internet seguramente lo consiguen, se llama: “Mi Delirio, Sobre el Chimborazo”, escrito allá en la tierra ecuatoriana, cuando éramos una sola Gran Colombia, la que hizo Bolívar y la que hicieron los pueblos, que se sacrificaron contra el imperio español”, expuso el Comandante Hugo Chávez en 2009, durante la graduación de médicos venezolanos y de otras naciones, desde el Teatro de la Academia Militar de Venezuela, en Caracas.
“Bolívar amó a Colombia, la grande, la originaria, la Bolivariana y por eso nosotros amamos a Colombia. ¡Viva Colombia!”, sentenció el Líder Eterno Revolucionario venezolano.
Este jueves, a los 200 años de escrito este poema visionario, el presidente Nicolás Maduro Moros, dedicó un mensaje para expresar su admiración ante la histórica obra bolivariana:
«Celebramos el Bicentenario de la obra poética, ‘Mi Delirio Sobre El Chimborazo’, escrita por Bolívar en un momento de profunda introspección, mientras reflexionaba sobre los desafíos que enfrentaría al perseguir el sueño de construir una gran nación, libre e independiente», destacó el jefe de Estado a través de sus redes sociales.

A continuación el poema íntegro:
MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO
Yo venía envuelto con el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas y quise subir al atalaya del Universo.
Busqué las huellas de La Condamine y de Humboldt; seguílas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado la corona diamantina que puso la mano de la Eternidad en las sienes del dominador de los Andes.
Yo me dije: este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales; ha surcado los mares dulces; ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la Libertad. Belona ha sido humillada por los rastros de Iris, ¿y yo no podré trepar sobre los cabellos canosos del gigante de la tierra?
¡Sí podré!.
Y arrebatado por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino, pasé sobre los pies de Humboldt, empañando aun los cristales eternos que circuyen al Chimborazo. Llego como impulsado por el genio que me animaba, y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento, y con mis pies los umbrales del abismo.
Un delirio febril embarga toda mi mente: me siento como encendido de un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía.
De repente se me presenta el Tiempo, bajo el semblante venerable de un viejo cargado de los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano.
-«Yo soy el padre de los siglos, -me dice-, soy el arcano de la fama y del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio, los señala el Infinito: no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la muerte: miro lo pasado, miro lo futuro, y por mi mano pasa lo presente».
-«¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe?, ¿Crees acaso que el Universo es algo?, ¿Que montar sobre la cabeza de un alfiler es subir?, ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a los sucesos?, ¿Pensáis que habéis visto la Santa Verdad?, ¿Imagináis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos?. Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito que es mi hermano».
Sobrecogido de un sagrado terror, ¿Cómo, ¡Oh, Tiempo!, –respondí– no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto?. He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobre la cabeza de todos. Yo domino el Universo con mis plantas: toco al Eterno con mis manos, siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos: estoy mirando de una guiñada los rutilantes astros, los soles infinitos; he visto sin asombro el espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la historia de lo pasado y los libros del destino.
-«Observa –me dijo–, aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres».
El fantasma desapareció.
Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho.
Al fin, la tremenda voz de Colombia me grita: resucito, me siento, abro con mis propias manos mis pesados párpados: vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.


Fuentes: Histórico VTV / TodoChávez / CorreoDelOrinoco/PSUV
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