Alex Saab relató las torturas que sufrió en detrimento de sus derechos humanos

El diplomático venezolano, Alex Saab, relató al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, cómo el gobierno de Estados Unidos en complicidad con autoridades de Cabo Verde, violaron sus derechos humanos durante 40 meses, donde le fueron aplicadas, al menos, cinco clases de torturas.

“Estuve en calabozos oscuros, sin baño y sin nada. Además, incomunicado y en las peores condiciones con un balde para hacer las necesidades, y si quería tomar agua, tenía que echarlo en el mismo balde. El primer día no tomé agua, pero ya el segundo no había más opción”, comentó Saab, durante el podcast del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, transmitido en su canal de YouTube.

Recordó que tras su detención ilegal en Cabo Verde, inició una huelga de hambre para exigir mejores condiciones alimenticias. Luego de eso, su familia logró que una persona de confianza le dejara almuerzos en la celda. “Así me tuvieron el primer mes preso”, acotó.

Sin embargo, Alex Saab dijo que a pesar de que sus derechos humanos habían sido violados, nunca dudó en que regresaría a Venezuela a encontrarse con su familia. “Yo nunca dudé que iba a regresar. Tener paciencia, fe y perseverancia fue la clave porque del otro lado, yo sabía que tenía al Gobierno de Venezuela luchando por mi liberación”.

“Este es un ejemplo para el mundo. Los gobiernos cobardes lo primero que hacen es dar la espalda; los gobiernos que saben que están del lado correcto acompañan”, expresó.

El presidente Nicolás Maduro recordó que este método de tortura usado contra Alex Saab fue el mismo que sufrió Pepe Mujica cuando estuvo privado de libertad durante 12 años en condiciones deplorables.

Hasta el último minuto fue torturado

Durante la transmisión del podcast, Alex Saab confesó que dos días antes de su liberación fue trasladado a una celda especial de vidrio en Estados Unidos. En el medio había una camilla, la temperatura era menor de 10 grados. Lo acostaron y lo amarraron.

Allí estuvo dos días sin comer, sin beber agua, sin ir al baño y muriéndose de frío. Además, le colocaron la braga naranja que solo se hace cuando los privados de libertad cometen alguna falta. A las 10 de la noche le dijeron que todo se cayó.

Tras dos días en esas condiciones, lo sacan de allí, los trasladan a una corte, espera una hora, otra hora en otro lugar y ya finalmente, lo trasladan al aeropuerto.

Subió esposado de manos y pies, y allí estaba el enviado especial de Estados Unidos para los rehenes, Roger Carstens, quien pidió que le quitaran las esposas y a partir de allí, el trato hacia su persona fue diferente.

Finalmente, el pasado 20 de diciembre, le explican la metodología y el protocolo al llegar a San Vicente y Las Granadinas, donde fue el canje a cambio de la libertad de 10 estadounidenses y 16 venezolanos.