El universo de las artes visuales está de duelo por la partida del maestro Carlos Prada

La Fundación Museos Nacionales se une al duelo que embarga al acontecer artístico del país por la partida física del maestro Carlos Prada (1944/2023), Premio Nacional de Escultura, en el XXVII Salón Oficial, en 1966, entre numerosos reconocimientos.

Entre las obras más icónicas de este emblemático escultor, pintor y orfebre cumanés, están el monumento «El Grito y el Silencio», ubicado en el puente Llaguno, ya que con esta pieza en bronce inmortalizó el dolor del pueblo y honró la memoria de los caídos durante los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002.

Por otra parte, desde 1972 son muchas las generaciones que, en la Universidad Simón Bolívar, han disfrutado de su escultura «La lucha del hombre por llegar a la cima», una estructura de bronce y hierro de 3 mts de alto, en la que cincuenta figuras humanas trepan hacia lo alto de una torre coronada por otra imagen que pareciera haber alcanzado la cumbre. Y según reza en los textos, el designio más importante de Prada en esta pieza sería el de alertar de los posibles “excesos de la civilización tecnocrática de nuestro tiempo”.

Realmente su legado es profuso, entre otras esculturas tenemos Ventanas del viento (2005), hecho de bronce, Mujer con aro (1994) de bronce, Mujeres del sol poniente (1994), hecho con resina y ensamblaje, Mujer con mazo (1993), de bronce y pedestal de granito, El hombre, la rueda, huellas digitales en el tiempo (sin fecha), de bronce y entre otras.

De acuerdo a los expertos, su línea de trabajo estuvo inmersa en la reflexión del hombre, la soledad, el anonimato y la preponderancia de la máquina. Siendo que los últimos años de producción realizó piezas en mayor escala.

Prada siempre concibió la forma de la figura y sus movimientos, siguiendo las ideas que el potencial-soporte le inspiraba, explorando continuamente las posibilidades expresivas del material que utilizaba, de los soportes sobre los que descansan sus personajes y sobre todo, de la escultura como un objeto tridimensional que ocupa un lugar en el espacio.

El recordado maestro Manuel Quintana Castillo, en una oportunidad, comentó lo siguiente sobre la obra de Prada: «encuadra dentro de las corrientes más actuales de la escultura, ubicándose, por afinidad, en grupos donde la preocupación por el tratamiento de la figura humana constituye el principal centro de atracción».

De allí se desprenden esas figuraciones suyas, llenas de fuerza expresiva y condicionada por un poder de síntesis cada vez más acentuado. La figura humana, representada preferentemente por esas mujeres grávidas y dramáticas, demuestran por sí solas la capacidad del material escultórico para transformarse en símbolo». ¡Hasta siempre maestro!

VTV/CC/GT

Fuente: Prensa FMN