Bichos raros, tierras raras, palabras raras
Por Clodovaldo Hernández (@clodoher)
En estos días se volvió viral la escena de un par de bichos raros peleándose por tierras raras. Así es, en el siglo XXI, la política internacional: transmisión en tiempo real de insultos, trompadas y escupitazos. ¡Bicho!
Esta es la historia del atajaperro: en 2022, al bicho raro Zeta lo mandaron a hacerle la guerra a Putin, y Zeta, como buen lacayo, obedeció. Durante un tiempo fue el bichito consentido de Washington y hasta lo nombraron Bicharraco del Año en las revistas de Estados Unidos y Europa.
Pero a los demócratas otanistas los bicharon en las elecciones y debieron salir de la Casa Blanca como plagas luego de una fumigación. El recién llegado –un bichote anaranjado, resistente a los insecticidas –quiere que Zeta le pague esa guerra perdida, y quiere cobrar en tierras raras.
Ahí comenzó la pelea entre las sabandijas.
Para su reyerta por tierras raras, los bichos raros usaron injurias comunes que es mejor no traducir, pero podemos sustituirlas por los nombres de los extraños minerales para que la riña sea educativa.
El anaranjado le gritó a Zeta: “¡No seas tú tan samario ni te hagas el gadolinio, a mí me pagas mi guarandinga!”, y luego lo acusó de tener un carapacho feo.
Y el Zeta contestó: “¡Esto es un escandio, desgraciado praseodimio, ustedes los gringos son más falsos que un neodimio de prometio. Me voy a buscar apoyo de los europios, antes de que me dé un itrio cerebral!”.
“¡Ay, sí, qué miedo! –replicó el anaranjado, guapo y apoyao–. Esos europios son más lutecios que tú, y por eso los disprosio… ¡Si no te vas ahora, yo mismo te echo a patadas por el tulio!”.

Fuente: ElEspeculadorPrecoz
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