China acusa a EE.UU. de «derribar puente de amistad» con solicitud de cierre del consulado general en Houston

China calificó este jueves la solicitud de Estados Unidos de cerrar su consulado general en Houston como un grave perjuicio a las relaciones bilaterales, refiriéndose a la medida como «derribar el puente de la amistad entre los pueblos chino y estadounidense».

El consulado general en Houston fue el primero que estableció China en Estados Unidos después del establecimiento de lazos diplomáticos.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Wang Wenbin afirmó que «EE. UU. ha pedido el cese inmediato de todas las operaciones del consulado a partir del día 24 de julio», lo que supone «una violación de las normas internacionales y de los acuerdos consulares entre los dos países, así como un intento de socavar las relaciones bilaterales».

«China condena esta decisión escandalosa e injustificada», subrayó el portavoz. «Pedimos a EE.UU. que se retracte de esta decisión errónea, o de lo contrario China tomará las represalias legítimas y necesarias», dijo Wang, quien añadió que el cierre del consulado «en un periodo de tiempo tan corto» supone «un aumento sin precedentes de las acciones que ese país ha llevado a cabo contra China».

Según Washington, el consulado chino en Houston fue cerrado «para proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de los estadounidenses», declaró este miércoles un vocero del Departamento de Estado, luego de la enérgica protesta de Pekín por esa decisión.

«La Convención de Viena dice que los diplomáticos deben ‘respetar las leyes y reglas del país anfitrión’ y ‘tienen el deber de no interferir en los asuntos internos de ese Estado'», afirmó sin dar más detalles la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en una visita del jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, a  Copenhague.

Sin embargo, Pekín denuncia el cierre del consulado un día después de que EE. UU. acusara a sus servicios de Inteligencia de apoyar los ciberataques de dos ‘hackers’ chinos contra empresas de 11 países para intentar robar datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar. Hasta la fecha, este ha sido el último episodio en el aumento de la tensión entre los dos países.