Científicos estudian peculiar firma que dejan los rayos en nuestros huesos

Un grupo de científicos se ha dispuesto a estudiar las peculiares huellas que dejan las descargas electromagnéticas en los huesos. Por muy poco práctico que parezca, el problema puede ayudar a comprender la causa de muerte de las personas cuando lo único que queda son sus restos óseos.
 
Durante milenios, los rayos atmosféricos han supuesto un peligro real para la vida de los humanos. Al menos 4.500 personas fallecen anualmente tras ser golpeadas por potentes descargas eléctricas, y según los cálculos la cifra real podría ser mucho mayor.
 
El problema está en que hasta ahora los especialistas no disponen de la información completa sobre la muerte por electrocución natural. Puesto que la mayoría de los ataques sucede en lugares remotos, no siempre es fácil registrar este tipo de accidentes.
 
Cuando un rayo atraviesa un cuerpo, deja numerosas pruebas físicas que ayudan a identificar las circunstancias del fallecimiento. Se trata, por ejemplo, de daños en la piel, marcas de quemaduras o traumatismos en varios órganos. Pero, si el tejido se descompone, ¿entonces cómo trabajan los investigadores forenses que inspeccionan los huesos?
 
En sus experimentos anteriores, Bacci y sus colegas descubrieron estos indicadores únicos en la osamenta de animales. En particular, encontraron «una microfractura extensa y una fragmentación de la matriz ósea» en la de cerdo sometida a una corriente de alto impulso simulando una descarga eléctrica.   
Fuente: Sputnik
CC/maye