¿Cuáles son las preguntas que nunca debes realizar a la IA?
La Inteligencia Artificial (IA) es reconocida por su amplia capacidad para recopilar grandes volúmenes de información, y emplearla para generar respuestas relativamente coherentes ante preguntas de diversa índole. Aunque esta tecnología ha avanzado enormemente en apenas dos años, aún le faltan numerosas mejoras puntuales, sobre todo en la calidad y exactitud de sus respuestas.
Sin importar si las preguntas se destinan a ChatGPT, Gemini o Meta AI, por los momentos, nunca se debe consultar a la IA con respecto a los siguientes temas:
Salud
Aunque la IA puede acceder a un nutrido catálogo de información médica, y ayudar a una persona a comprender una enfermedad o el funcionamiento de un tratamiento, no se le deben realizar consultas relacionadas con temas de salud, ya que solamente los expertos en esta área pueden dictaminar una diagnosis apropiada. Seguir las indicaciones de la IA puede representar un peligro y causar daño a una persona enferma.
Asesoramiento financiero
Inicialmente, se puede creer que la IA podría ofrecer consejos apropiados para la gestión del dinero, pero tampoco se recomienda inquirir al respecto, ya que el programa basará sus respuestas en datos recopilados de Internet, las cuales no necesariamente son exactas o correctas. Asumir este riesgo puede conllevar problemas económicos o el sufrimiento de fraudes.
Información personal
Una de las mayores polémicas con la IA es la poca transparencia empresarial con respecto al tratamiento de los datos y cómo se usan para entrenar a estos sistemas, por consiguiente, jamás se le deben proporcionar datos personales, ni de terceros.
Actividades ilegales, contenido ofensivo y violaciones a la privacidad ajena
Entre los miedos más notorios con respecto a este sistema, se encuentra su uso potencial para actividades ilegales y/o maliciosas, como ya se ha observado con los numerosos ciberataques realizados con esta tecnología. Bajo ningún motivo se debe solicitar información de índole ilegal o carente de ética.
Fuente: El Economista
VTV/DC/CP