¿Sabes cuánto COVID expulsas cada vez que gritas, cantas o toses?
Los científicos realizan todos los estudios posibles para saber todo lo posible de la COVID-19 para así afrontar y revertir sus efectos. Hay estudios que revelan cuándo se deja de contagiar el virus. Otros informes aseguran que la pérdida del olfato o el gusto tras sufrir el coronavirus está relaciona con problemas de memoria.
Una nueva investigación señala que las personas infectadas con las diferentes subvariantes de ómicron, así como las cepas iniciales alfa y delta, arrojan mayores cantidades de virus que las personas infectadas con otros linajes (centaurus, gamma, delta o epsilon, entre otras).
El estudio concluye que un ‘superpropagador’ con ómicron arroja 1.000 veces más ARN viral que aquellos que han sufrido las cepas alfa y delta, corroborando así lo que ya habían determinado otros informes y los datos de contagios de los países: esta variante y sus sublinajes son los más contagiosos de todos.
Por si no fuera suficiente, las personas que contraen el virus después de la vacunación, incluso tras una dosis de refuerzo, siguen esparciendo el virus por el aire, a través de partículas de aerosoles, reseñan agencias internacionales
“Esta investigación muestra que las tres variantes que ganaron la carrera de la infección (ómicron, alfa y beta) salen del cuerpo de manera más eficiente cuando las personas hablan o gritan que las otras cepas del coronavirus”, dice John Volckens, ingeniero de salud pública en Colorado State. Universidad de Fort Collins.
Para el estudio, Coleman y sus colegas reclutaron a 93 personas entre mediados de 2020 y principios de 2022 que estaban infectadas con la COVID-19. Las infecciones de los participantes fueron causadas por cepas que incluyen la variante alfa, que surgió a fines de 2020, y las variantes posteriores, delta y ómicron. Todos los participantes con las dos últimas cepas habían sido completamente vacunados antes de contraer el virus.
Las personas infectadas se enfrentaron a un aparato en forma de cono y cantaron y gritaron entre inevitables toses y estornudos. Lo hicieron durante 30 minutos, mientras una máquina adjunta recolectaba las partículas que exhalaban. El dispositivo, llamado Gesundheit-II, separó las finas gotas de aerosol que medían cinco micrómetros o menos de diámetro, que pueden permanecer en el aire y filtrarse a través de la tela y las máscaras quirúrgicas.
VTV/MQ/ADN