Equivocarse es de sabios
Nuestra sociedad siempre ha visto con malos ojos los errores, especialmente en el mundo de los adultos, donde cometerlos supone un motivo de vergüenza y decepción. No obstante, varios estudios científicos analizan los beneficios que conlleva equivocarse y fomentan un aprendizaje que no podría darse sin ellos.
“El que nunca comete errores es menos cuerdo de lo que se figura”, advertía el filósofo francés François De La Rochefoucauld. “El que se pierde es el que encuentra las nuevas sendas”, sugería también en esa línea el dramaturgo noruego Nils Kjaer.
Por su parte, el español Bernardo De Balbuena afirmaba prácticamente lo mismo, pero con rima: “No darás tropezón ni desatino, que no te haga adelantar camino”. Y en un tono bastante más campechano, el refranero popular castellano sentencia que “echando a perder, se aprende”.
Cometer errores siempre se ve con malos ojos, sobre todo entre los adultos
‼️ Sin embargo, existen estudios científicos que muestran que los errores que cometemos fomentan un aprendizaje que no podría darse sin ellos
🖋️ @ElenaSanz_
⬇️https://t.co/M4Ou2yN6LD— Agencia Sinc (@agencia_sinc) August 2, 2022
Sin embargo, parece que ninguno de estos mensajes ha calado lo suficiente en nuestra sociedad. Cometer errores nos irrita sobremanera. Quizás porque los años que pasamos en el colegio hacen mella en cómo concebimos el aprendizaje.
En la etapa escolar, se nos graba a fuego la idea de que aprender consiste en escuchar a un profesor, contar la lección para, a continuación, retener en la memoria todas las “respuestas correctas” posibles y demostrarlo en un posterior examen. Sacar un 10 significa que nos sabemos todas las respuestas correctas; un 0 implica un 100 % de fallos, es decir, un estrepitoso fracaso. Y eso es todo, no hay que darle más vueltas. ¿O quizá sí?
Un voto de confianza para las equivocaciones
Los defensores del aprendizaje basado en errores pretenden cambiar por completo las tornas. “La idea central es que, en lugar de recibir pasivamente clases magistrales, el aprendizaje se plantee desde el principio como una búsqueda activa de respuestas”, explica a SINC, Eugenia Marín-García, psicóloga de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
VTV/CC/LL
Fuente: SINC