Eran muchos y parió la abuela Avioneta, por Clodovaldo Hernández
En lo que se refiere a las artes del robo y el desfalco, en las filas opositoras, se empieza desde la más tierna infancia y se sigue ejerciendo hasta la adultez mayor. Son existencias enteras consagradas al choreo, un modo de vida que es a la vez un modus operandi.
Prueba de esto es que en el saqueo de la empresa nacional Monómeros han comido todos los integrantes de varias notables familias de la alta sociedad, desde el heredero del trono (con su cara de heredero trono) hasta las venerables matronas.
“Eran muchos y parió la Abuela Antonieta”, comentó el cronista social Benteveo Goliardo, regodeándose en el chisme de cómo la vetusta doñita fashion se las arregló para meter la mano en la gaveta de la compañía con sede en Colombia.
Dicen los runrunes que reivindicó su papel de madama del negocio y le dijo a su hijo -el Manganzón de 50 años-: «¡Dame lo mío ya!”.
«Siempre ha sido muy astuta. Se inventó una vaina ahí dizque para limpiarles la reputación a los otros ladrones» –comentó Goliardo, whisky en mano, en un brindis en el Country –»Es un avión, la señora, por eso es que las malas lenguas la llaman dizque Avioneta Mendoza de López«.
Clodovaldo Hernández / @clodoher

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