Eslovaquia critica a EE. UU. por pedir la movilización de jóvenes de 18 años en Ucrania

El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, criticó la propuesta del Gobierno de Estados Unidos de rebajar a 18 años la edad de movilización en Ucrania. “Cuando digo que Occidente quiere la guerra, todo el mundo se agarra la cabeza, de qué estoy hablando. ¿Qué tiene que ver el presidente estadounidense [Joe] Biden reclutando a chicos de 18 años para ir a la guerra? Todo el problema es que Rusia está ganando y Ucrania nunca ganará militarmente esta guerra”, afirmó el mandatario en un programa local.

“Cualquiera que vea realmente la situación en Ucrania sabe que los jóvenes se niegan a ser llamados a las filas. Y las Fuerzas Especiales los atrapan en restaurantes y los reclutan para el Ejército. Pero esto no es una solución”, indicó Fico. Además, considera que lo que ocurrirá con el gobierno de Kiev en un futuro próximo “no será bonito” y que “desde el punto de vista militar, Rusia es imbatible”.

En noviembre, el Gobierno del presidente de EE. UU., Joe Biden, exigió que la edad de reclutamiento en las Fuerzas Armadas de Ucrania se rebajara de 25 a 18 años. Sin embargo, el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, se opuso a la medida. “Ellos [los socios] hablan de movilización, pero el verdadero problema son las diez brigadas que nuestros socios no han equipado”, dijo.

La semana pasada, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, declaró que Kiev tendrá que tomar “decisiones difíciles” sobre la movilización. En este contexto, The Washington Post informó que, bajo la presión de la Administración Biden, el régimen de Kiev ha empezado a plantearse rebajar la edad de reclutamiento porque Moscú tiene la iniciativa en el campo de batalla.

Zelenski ya rebajó la edad de reclutamiento de 27 a 25 años en abril pasado. En Ucrania, a menudo aparecen informes sobre la movilización forzosa de ciudadanos. En Internet, circulan imágenes de comisarios militares que reclutan a la fuerza a hombres, agarrándolos de pies y brazos en plena calle, o sacándolos a rastras de transportes públicos o de sus propias casas. Este comportamiento de los reclutadores desemboca a menudo en protestas públicas y enfrentamientos con la población.