EXCLUSIVA | «Él se dejó llevar por promesas engañosas”: Caso de Deibin Gualtero

 

 

«Él se dejó llevar por promesas engañosas”. Con estas palabras, Judith Nereida Quiroz, madre del migrante venezolano Deibin Iradan Gualtero Quiroz, de 39 años de edad, resume la desgarradora realidad de quienes, impulsados por la venta de un «futuro mejor», enfrentan un camino lleno de obstáculos y desilusiones. La historia de Deibin, pone de relieve las crueles adversidades que sufren los migrantes venezolanos en Estados Unidos (EE. UU.).

Deibin salió de Yaracuy con la intención de mejorar la vida de sus cinco hijos. Según relata su madre, atravesó Colombia y México, donde se desempeñó en trabajos como vendedor de muebles y reparador de viviendas. «Él siempre buscó maneras de salir adelante; nunca dejaba de trabajar», expresó Judith, al evidenciar el esfuerzo y dedicación de su hijo. migrante venezolano Deibin Iradan Gualtero Quiroz

En diciembre de 2024, Deibin se entregó a las autoridades migratorias de Estados Unidos a la espera para legalizar su situación. Sin embargo, fue detenido y trasladado a varios centros, incluido el Houston Processing Center y el Joe Corley Detention Facility. Pese a la dificultad, mantenía contacto con su familia, a quien le describía su incertidumbre acerca migrante venezolano Deibin Iradan Gualtero Quirozde lo que le esperaba.

Un giro inesperado ocurrió en febrero del 2025 que llevó a Deibin al Centro de Detención del Condado de El Paso, Texas, pero el pasado 15 de marzo fue que se confirmó que  había sido enviado a la prisión en El Salvador. Judith denuncia que su hijo fue arrestado injustamente debido a sus tatuajes, acusación que considera infundada.

«Mi hijo no pertenece a ninguna banda criminal, solo quería trabajar por un futuro mejor. Nosotros, la última llamada que recibimos de él fue el 3 de marzo (…) nos enteramos de que estaba en El Salvador cuando salió una lista en las redes sociales y estaba el nombre de mi hijo», afirmó con indignación.

La trayectoria de Deibin revela las duras realidades enfrentadas por los migrantes en su búsqueda del «sueño americano». Judith detalla que su hijo soportó adversidades como dormir en las calles y realizar trabajos temporales en su avance hacia Estados Unidos. «Él se dejó llevar por promesas engañosas”, comentó con evidente pesar. migrante venezolano Deibin Iradan Gualtero Quiroz

Incluso dentro de las instalaciones de detención, Deibin mostraba su espíritu trabajador. Según su madre, realizaba labores de limpieza a cambio de un dólar diario. «Siempre quiso ser útil, incluso en las peores circunstancias», destacó Judith.

La familia Gualtero enfrenta semanas de angustia sin respuestas claras sobre el destino de Deibin. Judith hace un llamado urgente a las autoridades nacionales e internacionales para que intervengan en el caso de su hijo. “No somos perfectos, pero nuestros hijos no son delincuentes. Todos los migrantes merecen justicia”, dijo entre lágrimas.

«Queremos a nuestros hijos en casa. Ellos no son delincuentes, solo buscan un futuro mejor». Su mensaje se erige como un llamado de justicia y humanidad ante las difíciles circunstancias que enfrentan los migrantes separados de sus familias.  

VTV/LM/DS/MQ