Familias de migrantes secuestrados continúan lucha por el retorno de sus hijos
Las familias de los migrantes venezolanos detenidos en El Salvador mantienen y elevan su continuo clamor por la liberación y retorno de estas personas, secuestradas por la administración de Donald Trump, y encerradas en el Centro de Confinamiento del Terrorismo como si de viles criminales se trataran, a pesar de que la mayoría absoluta de ellos son completamente inocentes.
La ciudadana, Carmen Fuentes, exigió la pronta repatriación de su hijo, Joen Suárez, y solicitó «que nos puedan ayudar de verdad, que cada día estamos más desesperados con toda esta situación de nuestros hijos, vamos ya casi para un mes, es una agonía lo que vivimos día a día, solo le pedimos a que todas las personas internacionales que nos puedan ayudar», y emitió una solicitud de asistencia a las Naciones Unidas.
«No es fácil lo que estamos viviendo día a día, es una desesperación como madre, lo que no es saber de mi hijo, ni una llamada, hasta ahora no sé nada de mi hijo desde el 14 de marzo, vivo en agonía y desesperación y pido de verdad que seamos escuchados, es difícil esta situación como padres cuando tú hablas con tu hijo a diario y no saber de él, ni como está ni en qué condiciones está, si ha comido o no ha comido», lamentó la señora Fuentes.
Por su parte, una hermana de Suárez instó a su pariente injustamente detenido a «que tenga mucha fuerza, y que todos los que están allí adentro que tengan mucha fuerza, que las madres aquí presentes y familiares, hermanos todo primos están aquí luchando día y noche con lágrimas en la cara, luchando para que salgan de allí y muy pronto».
Mientras tanto, la señora Diolimar Tiapa, denunció la misma situación que también sufre su hijo, Franco José Caraballo, quien se desempeña como barbero y lleva «casi 24 días en El Salvador y todavía no hemos sabido nada de ellos, ya que desde que se lo llevaron para allá, fue bajo el engaño y es un secuestro, ya que le violaron todos sus derechos, ni siquiera le han dado la oportunidad de hacernos una llamada, ni a él, ni a ninguno de los que están allá, los 238 que se llevaron primero queremos una respuesta, una fe de vida de nuestros hijos».
VTV/DC/SB/CP