Familias neoespartanas mantienen tradición de los pesebres
En el municipio Antolín del Campo, estado Nueva Esparta, se realizó un concurso de pesebres para fomentar la unión familiar y la creatividad en estas festividades, en donde participaron 26 familias de la localidad. El creador del Pesebre Renacer Maracucho, Franklin Infante, expresó que la inspiración nació de sus abuelos; ellos son de la región andina y zuliana, y desde siempre han hecho el pesebre. Afirma que es una tradición y le agrada que se retome nuevamente esta labor tan bonita, para celebrar el nacimiento y la bendición del niño Dios.
El habitante del municipio, Osvaldo González, expresó que llevan 15 años con esta tradición del nacimiento. En estos momentos se retoma esta iniciativa, donde se utiliza el fruto del taparo para crear las cabezas de los Reyes Magos y los niños, La Virgen María y San José. También se utiliza el cachipo para crear los bueyes y parte de las casas del pueblo de Belén fueron creadas con un poco de imaginación.
La habitante Trifonía Caraballo cuenta que hace nacimientos desde 1969, pero todos chiquitos; con el tiempo fueron más grandes. El amor por sus hijos es la inspiración para hacer los pesebres una parte fundamental de las tradiciones navideñas en Venezuela. Este tipo de actividades contribuye a su preservación y difusión.
Uno de los pesebres más emblemáticos de la región es el artesanal de la familia Aular, ubicado en La Plaza de Paraguachí. Este pesebre destaca por su impresionante tamaño real, lo que permite a los visitantes sumergirse en una experiencia visual y emocional única. El artífice de esta obra, Elvis Aular, dijo que llevan 18 años en la elaboración del pesebre. «Primero lo hacíamos en el frente de la casa, luego lo sacamos para el público porque venía mucha gente y lo ampliamos. Nos destacamos en la elaboración de las piezas. Todo es manualidad; las figuras están hechas de estructura y malla, que forramos en papel periódico con harina de trigo y luego vestimos”.
VTV/JR/MR/