Informático ruso crea sistema de comunicación que permite hablar con los ojos

Iván Bakáidov sufre parálisis cerebral, pero a pesar de ello —o gracias a ello— ha podido crear un sistema de comunicación para quienes no lo tienen fácil a la hora de expresarse por sus impedimentos físicos, como es el caso de los problemas de habla.

Linka, como bautizó el invento altruista y gratuito, permite descargar cuatro programas informáticos diferentes que ayudan en la tarea de hablar. Un servicio que se va actualizando y que cuenta con instrucciones de uso y soporte técnico.

Cada uno de ellos está pensado para un perfil de paciente diferente: para quienes pueden usar un teclado, para quienes necesitan teclas grandes en una tablet, para los que pueden pulsar imágenes y para quienes solo pueden apretar un botón. Una vez introducido el texto o elegida la imagen de cualquiera de estas formas, el programa pronuncia el mensaje en cualquier idioma, refiere el portal de Sputnik.

Iván Bakáidov, informático ruso creador de Linka

Una de las mejoras que ha realizado el genio recientemente en su proyecto, es incluir una versión del programa para quienes solo pueden mover los ojos. En este caso, lo único que hace falta es comprarse un dispositivo de seguimiento ocular y descargar gratis el programa.

En él, la pantalla muestra un teclado virtual donde el usuario tendrá que fijar la mirada durante un segundo en cada letra. Una vez escrito el mensaje, el robot lee el texto cuando la persona mira al icono de activación de voz.

La gran baza del programa de Bakaídov es que es gratuito; algo poco habitual en este tipo de herramientas.

«Considero que el Estado es quien debe ayudar a los discapacitados. Hoy día, para conseguir una silla de ruedas cómoda, hay que pagar. No estoy de acuerdo con eso. Así que, por ahora, mi programa se está difundiendo de forma gratuita para todo el que quiera usarlo. Después planeo cobrar por él, pero solo a aquellos que tengan ese dinero», expresó el joven informático.

Su hazaña le ha hecho entrar en la lista de Forbes este año como uno de los rusos menores de 30 años más prometedores en la categoría de prácticas sociales. 

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