Julio César Morillo: nueva promesa de mánager en los Rojos de Cincinnati
Julio César Morillo es una de las nuevas promesas que tienen los Rojos de Cincinnati para dirigir el proceso de aprendizaje y desarrollo de los jóvenes peloteros que arriban a sus filiales. Tras colgar definitivamente el peto y la careta de receptor en 2016 e iniciar una nueva carrera como entrenador en los diamantes, la gerencia de la maquinaria roja lo designó para que sea el nuevo mánager de su equipo en la Arizona Rookie League, donde comenzará a dirigir a partir del 1 de abril.
Desde muy niño, cuando exhibía una poderosa recta y uno de los guantes más educados en el campo corto de su equipo auroral en Mérida, Morillo fue acumulando sabiduría sobre los secretos del juego, que ahora a sus 29 años de edad le tocará inculcar a la nueva camada de jugadores que aspiran a consagrarse con uno de los equipos de más tradición en las Grandes Ligas.
«Es un gran compromiso dirigir un equipo filial de los Rojos de Cincinnati, la gran maquinaria roja, que tuvo tantos años de gloria y ha pasado tiempo sin que podamos probar de nuevo la gloria. Es un orgullo y un privilegio pertenecer a los Rojos de Cincinnati», señala sobre el equipo que lo firmó a los 15 años, cuando su potente brazo y su sólida defensa como campo corto y careta convencieron a los scout para darle una oportunidad de unirse al equipo.
Magia de enseñar
También tiene bien aprendido el trabajo técnico que deberá poner en práctica para que la nómina a su cargo pula sus facultades. «La preparación del juego es esencial. Los jugadores deben manejar toda la información necesaria sobre los rivales que enfrentarán. Tienen el talento, pero están crudos y allí es donde viene la magia de nosotros para perfeccionar sus herramientas: enseñarles cómo los infielders deben mover los pies, cómo deben mascotear los receptores o lanzar bien a las bases, por citar unos ejemplos».
Pasión de Washington
Su modelo de mánager es Ron Washington, el actual coach de tercera base de los campeones de la Serie Mundial, Bravos de Atlanta, y otrora piloto de los Rangers de Texas a los que condujo al clásico de octubre en las temporadas de 2010 y 2011. «Me gustaba la pasión y la intensidad con la que vivía cada inning y cada cosa buena que hacían sus peloteros, demostrándole su apoyo. Me gustaría ser como él, porque los peloteros le respondían jugando duro».
Corazón de león
Aunque está en las puertas de un nuevo comienzo en su trayectoria en el sistema de Grandes Ligas con Cincinnati, Morillo amasa grandes planes para su carrera de mánager que proyecta en etapas. «Lo primero es aprender, porque el juego cada día evoluciona más, hay que evolucionar con él para no quedarnos atrás y los peloteros puedan beneficiarse de uno. No se si pasará, pero dirigir en una Serie Mundial sería una de las tantas bendiciones que Dios me daría». CC/JML
Fuente: Líder