Luna Europa puede albergar bolsas de agua en su corteza helada
La luna Europa de Júpiter está cubierta por una gruesa capa de hielo, que puede alcanzar entre 20 y 30 km de espesor, bajo la cual los científicos creen que existe un gran océano de agua líquida. En él se podrían encontrar signos de vida, pero la enorme corteza helada que tiene encima dificultaría la recogida de muestras.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications, sugiere que esa capa de hielo puede ser no tanto una barrera, sino un sistema dinámico con bolsas de agua líquida, un lugar potencialmente habitable.
Sus autores son investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.), quienes se han centrado en unas estructuras características de la gélida corteza de Europa: las crestas dobles, unas profundas fracturas en la superficie helada de varios cientos de kilómetros, con montículos a los lados de casi 300 metros separados por valles de unos 800 metros. Bajo ellas es donde podría haber agua líquida a poca profundidad.
Estudiar Europa en la Tierra
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron una estructura similar en el hielo de Groenlandia, utilizando una colección de datos de georadar recogidos entre los años 2015 y 2017, por la operación IceBridge de la NASA.
El equipo descubrió, cómo se produjo ahí la doble cresta cuando el hielo se fracturó alrededor de una bolsa de agua líquida presurizada que estaba a su vez, recongelándose en el interior de la capa de hielo. Esto provocó que se elevaran los dos picos a los lados.
Bajo las crestas dobles que se observan en la superficie helada de Europa, podría haber bolsas con agua líquida, como se ha observado en Groenlandia. Al estar más cerca de la superficie, podría recibir sustancias químicas del espacio, de otras lunas, dando pie a que la vida pueda desarrollarse más fácilmente.
Hacia la búsqueda de vida
En lugar de comportarse como un bloque de hielo inerte, la cubierta helada de Europa parece estar sometida a una serie de procesos geológicos e hidrológicos, una idea apoyada por este y otros estudios, incluyendo la evidencia de penachos de agua que salen a la superficie. Una capa de hielo dinámico favorece la habitabilidad, ya que facilita el intercambio entre el océano subsuperficial y los nutrientes de los cuerpos celestes vecinos que se van acumulando en la superficie.
“La ciencia ha estado estudiando estas crestas desde hace 20 años, pero esta es la primera vez que hemos encontrado un análogo de este proceso en la Tierra. Hemos dado un paso de gigante para entender los procesos físicos y dinámicos que tienen lugar en Europa”, destaca Gregor Steinbrügge, científico planetario del JPL (EE.UU.).
VTV/CC/JMP
Fuente: SINC