Modelo 3D desvela que megalodón podía devorar presas gigantes

Un equipo científico internacional ha realizado la primera reconstrucción tridimensional del tiburón gigante extinto Otodus megalodón. El trabajo indica que el antiguo leviatán viajaba por el océano en migraciones prolongadas, a velocidades más rápidas que las especies de tiburones modernas. Su gran tamaño, de unos 16 metros, le permitía devorar enormes presas, que le daban energía durante meses.

Aunque los dientes de tiburón abundan en el registro fósil, sus cuerpos −que están hechos de cartílago− rara vez se conservan. Por eso, la actual comprensión de la anatomía del extinto Otodus megalodón sigue siendo muy limitada. Ahora, un equipo liderado por la Universidad de Swansea (Gales, Reino Unido) y el Royal Veterinary College de Londres ha creado la primera reconstrucción computacional en 3D del cuerpo de este tiburón gigante.

Con esta reconstrucción, los autores han podido obtener información sobre su alimentación, anatomía y movimientos migratorios. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Science Advances.

Para crear el modelo tridimensional, los autores han utilizado datos de un fósil de columna vertebral excepcionalmente bien conservado −cuyo descubrimiento remonta a 1860− y de varios dientes de Otodus megalodon, en combinación con el condrocráneo de un gran tiburón blanco, su análogo vivo más cercano.

A partir de esta reconstrucción, han podido determinar la longitud y masa corporal, la velocidad de nado y la demanda energética del tiburón primitivo. El modelo 3D sugiere que este depredador era más grande de lo estimado previamente, con unos 16 metros de largo y un peso superior a 61 toneladas.

Viajes largos sin parar a “repostar”

La investigación indica que el antiguo leviatán era un “superdepredador transoceánico”, que realizaba migraciones prolongadas y podría comerse una presa del tamaño de una orca en unos cinco bocados.

La elevada velocidad de nado calculada, de 1,4 metros por segundo, implica que este antiguo tiburón podía recorrer distancias mayores que sus competidores. Su preferencia alimenticia por presas de gran tamaño posiblemente le permitía minimizar la competencia con otros depredadores y además le proporcionaba una fuente de energía suficiente para realizar viajes largos sin necesidad de volver a alimentarse durante un tiempo.

VTV/CC/EMPG

Fuente: SINC