NASA activa tres misiones espaciales para estudiar el campo magnético de la Tierra
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) ha dispuesto tres misiones espaciales para estudiar el campo magnético de la Tierra, en particular, sobre las cúspides polares de nuestro planeta, reseñaron medios especializados.
El pasado 26 de noviembre, la NASA envió el cohete denominado Investigación de Irregularidades en Cúspides-5, o ICI-5, con la misión de medir la turbulencia atmosférica en la cúspide polar del norte.
Las cúspides polares son esencialmente dos agujeros en nuestra magnetosfera. Ahí, las líneas del campo magnético de la Tierra canalizan el viento solar hacia abajo, concentrando su energía antes de inyectarlo en la atmósfera de la Tierra, donde se mezcla y choca con partículas de origen terrestre.
No son solo las naves espaciales que se comportan de manera impredecible cerca de las cúspides, también lo hace la señal GPS, que se confunde y expone la seguridad del transporte que usa este programa, impidiendo que pueda llegar a sus destinos. El culpable, en muchos casos, parece ser la turbulencia atmosférica.
Jøran Moen, físico espacial en el Universidad de Oslo, en Noruega, explicó que “La turbulencia es una de las preguntas pendientes más difíciles en la física clásica y sobre la cual aún no se tienen mediciones directas”.
Moen, quien lidera la misión de Investigación de Irregularidades Cúspides-5 o ICI-5, compara la turbulencia con los remolinos que se forman cuando los ríos corren alrededor de las rocas. Cuando la atmósfera se vuelve turbulenta, las señales de GPS y comunicación que la atraviesan pueden volverse confusas, enviando señales poco confiables a los aviones y barcos que dependen de ellas.
De esta manera, los investigadores esperan hacer las primeras mediciones para distinguir la verdadera turbulencia de las ondas eléctricas que también pueden interrumpir las señales de comunicación. Aunque ambos procesos tienen efectos similares en el GPS, determinar qué fenómeno provoca estas perturbaciones es fundamental para predecirlas. /CP