Nueva York: De ciudad de Rascacielos a gigantesca fosa común para los muertos de nadie en Isla Hart
De ciudad de los rascacielos a la de morgues repletas y fosas, Nueva York es hoy uno de los más dramáticos escenarios del impacto social de la pandemia del Covid-19 en Estados Unidos (EE.UU.), con una fosa común gigantesca para los miles de muertos que están siendo enterrados de manera apresurada.
La alcaldía de la megaurbe, punto caliente de la pandemia en EE.UU, admitió que el número de cadáveres de personas que se acumula en la actual crisis sanitaria los ha desbordado para identificar y contabilizar a los fallecidos.
Por eso, redujeron el tiempo de espera para que los familiares y otros allegados reclamen los cuerpos aglomerados en las morgues, colapsadas por la cantidad de decesos a causa de la Covid-19 y comenzaron a enterrarlos en la isla de Hart.
Sencillamente, las cámaras refrigeradas de la Oficina Médica local se ven a tope, al igual que los depósitos de los hospitales y funerarias, que están recurriendo a medidas de refuerzo, reseñó un reporte especial de la agencia Prensa Latina (PL).
El sueño americano de la muerte
Según reseñas del diario The New York Times, los sepultureros estaban ocupados excavando largas trincheras para enterrar cientos de cuerpos “no reclamados” en la Isla Hart.
En esta isla, desde 1869, más de un millón de hombres, mujeres y niños sin nombres fueron inhumados allí, en su mayoría indigentes.
Durante mucho tiempo fue un cementerio de último recurso empleado para aquellos que no tienen familias y para quienes, después de muertos, tampoco pudieron costearles un sepelio.
Ubicado en la parte más oriental de El Bronx, el lugar fue además hospital psiquiátrico, sanatorio y reformatorio. Ahora Isla Hart será la fosa común para esas decenas de personas que mueren solas en medio de este terrible escenario de pandemia.
El alcalde citadino, Bill De Blasio, comentó que la Isla Hart es considerado el mayor “campo santo” del país, porque ha sido «históricamente utilizado» para este tipo de casos.
Al propio tiempo, el concejal Mark Levine admitió que «familias en duelo han dicho que han llamado hasta a media decena de casas funerarias y no hay ninguna que pueda ocuparse de sus seres queridos fallecidos».
Los cementerios no pueden afrontar las solicitudes de entierros y están declinando la mayoría. Y no son solo las muertes en hospitales lo que sube, señaló.
Levine asegura que «un día normal antes de la crisis» reportaba entre 20 y 25 muertes en la ciudad de Nueva York, sin embargo, con la Covid-19 hay entre 200 y 214 diarias.
Advirtió a su vez que no existe la capacidad de hacer la prueba del nuevo coronavirus a la cantidad de personas que fallecen en sus casas, por lo cual «estamos subregistrando las víctimas de la pandemia».
De acuerdo con medios locales, alrededor de 25 cadáveres son inhumados a la semana en la isla, pero en los últimos días, las operaciones se incrementaron hasta en cinco diarias con cerca de 24 entierros cada jornada.
Las estadísticas arrojan que hay más de 80 mil casos confirmados en la ciudad de Nueva York, de ellos 20 mil hospitalizados y unos cuatro mil fallecieron.
Refiere el Times que nunca los estadounidenses han visto morir a tantas personas día tras día, separadas de sus amigos y familiares, con el aire drenado de sus pulmones por un virus que se detectó por primera vez en el país hace menos de dos meses.
Mientras, las agencias de noticias difunden imágenes dolorosas de la gran fosa común en Isla Hart.
En algunas aparecen trabajadores cavando una ancha franja de tierra, en otras se aprecian decenas de rústicos ataúdes alineados. Todas las fotos sacan a flote las heridas sociales que ya deja esta pandemia.