ONU advierte que los jóvenes enfrentan una “infelicidad sin precedentes”

Durante décadas, la felicidad se representó como una curva en U: una juventud despreocupada, una mediana edad más difícil y un repunte del bienestar en la vejez. Sin embargo, un nuevo informe encargado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló que esta tendencia desapareció. Ahora, el bienestar parece aumentar de manera constante con la edad, mientras los jóvenes enfrentan una crisis de salud mental sin precedentes.

Los académicos Jean Twenge y David Blanchflower analizaron datos en seis países de habla inglesa -Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá, Irlanda y Nueva Zelanda- y concluyeron que los jóvenes experimentan niveles de infelicidad, ansiedad y aislamiento social sin precedentes. Este fenómeno tendrá graves consecuencias económicas y sociales en el futuro, aseguraron los expertos.

Cambio en el patrón de felicidad

El estudio identificó una transformación radical en la forma en que la satisfacción con la vida evoluciona con la edad. Tradicionalmente, las encuestas sobre bienestar mostraron que la felicidad sigue una trayectoria en U, con un mínimo en la mediana edad antes de recuperarse en la vejez. Sin embargo, los datos recientes indican que los niveles de bienestar colapsaron entre los jóvenes y que, a diferencia del pasado, ahora la felicidad aumenta con la edad de manera lineal.

“Siempre hemos pensado que, a medida que la vida se vuelve más realista, la felicidad disminuye debido a las presiones, y después uno se da cuenta de que la vida no es tan mala. Tenemos que replantearnos todo ese pensamiento”, señaló Blanchflower, según un medio de comunicación.

Factores que provocaron el colapso del bienestar juvenil

La investigación apuntó a varios factores que contribuyeron a la creciente crisis de salud mental entre los jóvenes; entre ellos están las redes sociales y el acoso en línea. Twenge documentó cómo el auge de plataformas digitales ha reducido la interacción cara a cara, y afectado negativamente el bienestar emocional.

“Los jóvenes se han vuelto aislados. No es tanto que la gente esté sentada hablando por teléfono, sino lo que no están haciendo. No salen tanto, no juegan con sus amigos, no interactúan con otros o tienen tanto sexo”, explicó. Inseguridad económica y desigualdad intergeneracional: Muchos jóvenes enfrentan empleos precarios, bajos salarios y dificultades para acceder a vivienda propia, lo que genera una sensación de incertidumbre sobre el futuro. Crisis climática y percepción de un mundo en deterioro: La ansiedad ecológica creció en las últimas generaciones, lo que reforzó un sentimiento de desesperanza sobre el futuro.

Fuente: Medios Digitales

VTV/DR