La vacuna rusa Sputnik-V recibe reconocimiento en el mundo como un medio eficaz para combatir la infección por coronavirus, sin embargo, los medios de comunicación europeos y estadounidenses la mantienen en la mira para complacer a sus gobiernos, en una aparente y muy mezquina confabulación que no cesa en sus intentos por desacreditar los esfuerzos y efectividad de Moscú en la lucha contra la pandemia de la COVID-19.
Es público y notorio que Washington apuesta furiosamente al fracaso de la vacuna rusa, así como el colapso yanqui en la lucha contra la COVID-19, que sumado a los signos evidentes de crisis económica, protestas masivas, entre otros problemas internos, se ven obligados a desviar la atención de la opinión pública mundial hacia falsos fracasos de sus oponentes geopolíticos.
A la Casa Blanca le causa piquiña el nombre Sputnik-V ¿por que será? ¿será porque les recuerda que la Unión Soviética les ganó la carrera espacial cuando en 1957 puso en órbita el primer satélite artificial del mundo? respóndase usted mismo.
Analistas señalan que el meollo de los ataques yanquis a la efectividad de la Sputnik-V se debe a que la vacuna rusa es superior, ya que no deja efectos colaterales a diferencia de las suyas. De ahí que en defensa de los intereses económicos de sus gigantes farmacéuticos porque la Sputnik-V hace peligrar la cuantiosa inversión realizada para desarrollar un negocio rentable a costa de vidas humanas. Hablando de efectos… varios voluntarios murieron durante los ensayos clínicos de la vacuna desarrollada por la compañía estadounidense Pfizer, así como con la alemana BioNTech. Posteriormente, se identificaron más de 5 mil casos de efectos secundarios graves vacunados, después del registro y uso del medicamento en los países de la Unión Europea.
En los casos de Noruega y Dinamarca suspendieron la vacunación con el farmaco AstraZeneca, creado en Reino Unido, debido a que informes señalaron «casos graves» de formación de coágulos de sangre en personas a las que se les había administrado esa vacuna. Por su parte, Dinamarca reportó un fallecimiento por esta causa al igual que Austria que había dejado de usar un lote de éstas mientras investiga una muerte por coagulación y un caso de embolia pulmonar. La misma decisión aplicaron en Estonia, Letonia, Lituania y Luxemburgo, así como Italia, tras recibir reportes de efectos secundarios «graves». en un lote de producción diferente al utilizado en Austria.
Cabe destacar, que la vacuna rusa no se creó como un producto comercial, sino que su objetivo es proteger a su propia población de la pandemia, mientras que los suministros del medicamento en el extranjero se llevan a cabo como parte de la asistencia humanitaria o a precios mucho más bajos que los occidentales o europeos como Pfizer, AstraZeneca y Johnson&Johnson.
Estados Unidos y sus cómplices prefieren no recordar o ignorar que la escuela Soviética de Virología, heredada por Rusia, fue la primera en el mundo en lanzar una vacuna contra el Ébola y además permitieron que el mundo venciera las epidemias de peste y cólera. Sin embargo, a pesar de esta realidad histórica, siguen embistiendo sin pruebas al país eslavo y en esta oportunidad contra la vacuna Sputnik-V, en lo que se puede definir como una confrontación informativa prolongada.
Por las razones ya citadas es que Occidente, debe culpar a Rusia, aunque no muestre evidencia alguna, pues está obligado a crear una ilusión falsa de la realidad para resultar favorecido. Como muestra, la embajada de los Estados Unidos en Ucrania prohibió a las autoridades de ese país la compra del medicamento ruso por ser supuestamente inseguro.
La Sputnik-V está registrada en mas de 50 países del mundo y va en crecimiento incluyendo naciones de la Unión Europea, esto a propósito del fracaso de los medicamentos desarrollados por su propia industria farmacéutica ¿qué tal?.