Pedro Sánchez no logra ser investido presidente de España en primera votación y se espera que lo logre el 7 de enero
El mandatario «en funciones» de España, Pedro Sánchez, no logró la mayoría de votos para ser declarado presidente del Gobierno durante la primera votación de investidura en el Congreso de los Diputados y volverá a intentarlo en la segunda y última votación, programada para este 7 de enero.
Con 166 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, Sánchez no alcanzó la mayoría absoluta requerida en este primer intento, de 176 síes, informó la agencia Sputnik.
«No habiendo alcanzado el candidato propuesto la mayoría absoluta, procede someter la misma propuesta a votación 48 horas después», proclamó la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tras finalizar la votación.
A favor de su investidura se ha pronunciado el PSOE, sus socios de Unidas Podemos, los nacionalistas vascos de EH Bildu y el PNV, el partido Teruel existe.
A diferencia de esta primera votación, en la segunda el candidato socialista solo necesitará más síes que noes. Este fue siempre el plan del Partido Socialista desde que ganó las elecciones generales el 10 de noviembre de 2019.
Claves de la primera sesión de investidura:
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La primera votación ha estado marcada por los reproches entre los partidos nacionalistas de izquierda vascos y los derechistas Vox, el Partido Popular y Ciudadanos.
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El debate, plagado de descalificaciones y salidas de tono, sirvió para palpar el elevado nivel de crispación de la política española de cara a la investidura y, sobre todo, para anticipar que el Gobierno de Sánchez tendrá una oposición feroz por parte de la bancada de la derecha y ultraderecha.
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Ante ese escenario, las formaciones de izquierda dieron síntomas de su intención de permanecer cohesionados para defender al que será el primer Ejecutivo de coalición de la historia reciente de España, un país hasta hace poco acostumbrado al rodillo de las mayorías parlamentarias y los Gobiernos monocolor.
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El programa de Sánchez tiene un marcado carácter de izquierda, cimentándose en torno a lo que él mismo definió como un «patriotismo social» por el que, entre otras cosas, se subirán los impuestos a las rentas más elevadas para poner financiar programas sociales.
Derecha y ultraderecha en la oposición:
Pablo Casado, líder del conservador Partido Popular, dijo que Sánchez formará «el Ejecutivo más radical de nuestra historia democrática, con comunistas, asesores de dictadores bananeros (…) y separatistas».
Por ello, el primer partido de la oposición prometió que luchará contra el próximo Gobierno tanto en el Congreso de los Diputados como en las calles e incluso en los tribunales si se da ocasión para ello.
Por su parte, Sánchez respondió acusando a los conservadores de adoptar el discurso de la ultraderecha para crear un alarmismo que no se corresponde con la realidad, porque con la investidura «no se va a romper España y no se va a romper la Constitución» sino que «lo que se va a romper es el bloqueo al Gobierno progresista elegido democráticamente por los españoles».
Pablo Iglesias: España será gobernada por «una coalición progresista histórica»
El líder de Unidos Podemos y futuro vicepresidente, Pablo Iglesias, dijo ser consciente de que el próximo Gobierno de España se creará «muchos enemigos» en su intento por «recuperar derechos y libertades arrebatados a los ciudadanos en la última década», lo que a su juicio es «la mejor forma de combatir a la ultraderecha».
«El próximo Gobierno tendrá muchos enemigos; tendrá en contra a poderes económicos y financieros con sus brazos mediáticos preparados para combatir; habrá quizás también algaradas callejeras y puede que también haya algunos togados que pongan por delante su ideología reaccionaria respecto al derecho», afirmó Iglesias, quien no obstante animó a Sánchez a mostrarse impermeable a estas críticas.
«Pedro, estarás al frente de una coalición progresista histórica y para nosotros será un honor caminar junto a vosotros. ¡Sí se puede! ¡Adelante, presidente!«, dijo Iglesias al cierre de su intervención.
Por su parte, Sánchez se mostró «francamente ilusionado» de que las izquierdas españolas se hayan puesto de acuerdo «por primera vez en décadas» para romper el bloqueo político que mantenía al Gobierno de España «en funciones» desde hace casi un año.
El Gobierno de Sánchez, que salvo sorpresa mayor conseguirá el visto bueno del Congreso el 7 de enero, intentará instalar una agenda progresista en el Palacio de la Moncloa para los próximos cuatro años, aunque no escapa a los ojos de nadie que la legislatura nace amenazada desde el primer día por la inestabilidad derivada de la fragmentación parlamentaria y los bandazos del conflicto catalán. /maye