El invento es el resultado de una investigación liderada por el ingeniero físico Favio Rosero, líder de investigación en energías renovables y baterías orgánicas en la sede que la UNAL tiene en la ciudad de Manizales y que contó con la participación de un grupo de estudiantes de maestría en Física, Ingeniería Física, Química, Eléctrica e Industrial.
La intención del trabajo era poder crear pilas a partir de desechos orgánicos, de forma de darles mayor utilidad y generar energías renovables para dar energía a aparatos domésticos. De este modo, las pilas orgánicas evitarían la contaminación generada por las pilas tradicionales, que pueden llegar a contaminar unos 175.000 litros de agua cuando son alcalinas o hasta 600.000 litros si son de mercurio.
Según explicó Rosero, para fabricar las pilas orgánicas se utilizó una semilla de aguacate, una cáscara de plátano verde y una caña de 50 centímetros. Los tres elementos fueron secados en un horno para quitarles toda la humedad, fueron macerados en un mortero y luego tamizados con una malla para obtener «polvos semifinos de semilla». El preparado se combinó luego con cloruro de zinc y de sodio. CC/LC
Fuente: Sputnik