¿Qué se puede esperar y qué no de la inteligencia artificial?
No engaña a nadie; el sistema de «inteligencia artificial» de moda -bautizado como ChatGPT y desarrollado por la compañía estadounidense OpenAI- es capaz de explicar de una forma sencilla un ejercicio de computación cuántica y de llegar a conversar y hasta empatizar con el usuario, pero no sabe quién ha ganado el último Mundial de fútbol.
Y no engaña a nadie porque el propio sistema reconoce cuáles son sus limitaciones y hasta que puede generar información incorrecta, contenidos completamente sesgados y dañinos y que tiene un conocimiento muy limitado de todo lo que ha ocurrido en el mundo después de 2021.
La inteligencia artificial llegó a otro nivel con ChatGPT de OpenAI.
Una herramienta entrenada para responder preguntas y ayudar a resolver cualquier problema.
Si piensas que «para eso ya existe google» quedarás en shock con este hilo de las posibilidades que esto representa. pic.twitter.com/MYbn5OBoxF
— Weplash⚡️ (@weplash) December 5, 2022
No sabe quién ha ganado el Mundial de Qatar, ni el tiempo que va a hacer hoy, ni quién ha ganado este año el Nobel de la Paz; pero sí quién lo ganó en 2009 y todos los argumentos que esgrimió el jurado para concedérselo aquel año a Barack Obama; es capaz de ofrecer sugerencias realmente creativas para hacer un regalo; y de «conversar» con un usuario que le ha confesado que no se siente bien y de ofrecerle consejos para revertir esa situación.
¿Qué lo hace entonces diferente de otros sistemas de inteligencia artificial y de los ya populares asistentes virtuales?
Josep Curto, experto en «inteligencia artificial» y minería de datos (big data) apuntó entre sus principales fortalezas la capacidad de interactuar de una forma amigable y de mantener una conversación; «esa es la mejor manera de generar confianza entre los humanos y las máquinas».
Coherencia y corrección gramatical
Autor de varios libros sobre esta temática y director del Máster de Inteligencia de Negocio y Big Data Analytics de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en España, Josep Curto cuestionó el propio concepto de «inteligencia artificial» porque a su juicio no existe; «sí los sistemas de aprendizaje automático (machine learning), muy sofisticados en su arquitectura e infraestructura, pero no realmente inteligentes».
Citó en ese punto el más sofisticado y evolucionado de los navegadores para guiar a un conductor y la capacidad que tiene de procesar muchísima información para trazar la mejor trayectoria y llevar a una persona a un punto y la utilidad de una herramienta de estas características, pero también que la decisión, ante una calle repentinamente cortada o un atasco, dependerá finalmente de la persona y de su inteligencia (humana).
El chat es incapaz de absorber tanta demanda
Se ha viralizado y popularizado tanto el nuevo sistema que distribuye la compañía estadounidense OpenAI y el número de suscriptores de ese chat y usuarios que quieren serlo es tan elevado, que el propio sistema «falla» a menudo, se «cae» y es incapaz de absorber tanta demanda, ha observado el profesor de la UOC, y ha subrayado además que de momento es gratuito, aunque tiene detrás una infraestructura muy costosa y sofisticada «y en algún momento dirán que hay que monetizar».
Los sesgos, siempre presentes
Para el profesor e investigador de la UOC Josep Curto, director de la empresa AthenaCore -que ayuda a organizaciones y empresas a adoptar la inteligencia artificial y la minería de datos- y fundador de la Asociación Española de Inteligencia Artificial Responsable, este, como otros sistemas, «dista mucho de ser el asistente virtual perfecto», pero es que a su juicio todos, -las empresas, los desarrolladores y los medios de comunicación- «estamos siendo muy exagerados con la inteligencia artificial».
VTV/CC/CP
Fuente: Refieren Medios Internacionales