Guerra tarifaria es consecuencia de la caduca globalización
La actual guerra tarifaria librada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es una consecuencia directa del desgaste de la globalización como proceso económico, político y diplomático imperante en la comunidad internacional, según infirió el analista político, Diego Ruzzarin, durante su participación en el programa Cable a Tierra, dirigido por el vicepresidente sectorial de Comunicación y Cultura, Freddy Ñáñez.
Según Ruzzarin, la globalización se sostuvo en el modelo de la explotación por parte del norte al sur global, lo cual requiere poca confirmación académica, ya que el propio vicepresidente estadounidense, James David Vance, indicó que la globalización se basaba en el desarrollo de las fuerzas intelectuales del norte global, basada en la explotación junto al robo de recursos y plusvalía del sur global. «Ese modelo se diseña en el norte y se roba los recursos y minerales», acotó, lo cual caracterizó como «historia material contingente».
En cuanto a EE.UU. , señaló que las actuales tarifas a las importaciones que impulsa representan un «grito desesperado de Donald Trump» para forzar la reindustrialización de la nación norteamericana, además de facilitar un nuevo auge de las industrias pesadas. «Perdieron su capacidad productiva a nivel internacional, perdieron brutalmente contra China y Rusia», acotó; «en la mente de Trump, si pone tarifas a todo el mundo, dice que hay que producir aquí, va a ser más competitivo y rentable que producir y rentar offshore«.
«Anteriormente funcionaba por los tratados del libre comercio, mecanismo de explotación, intervenciones militares auspiciadas por la CIA, la USAID», agregó. «Ese mecanismo de globalización, de diseñar en el norte y producir en el sur crónicamente, llevó al norte del mundo a quedar desindustrializado, delegar el trabajo y la fabricación al sur global, y ellos se dedicaban a economías cada vez más dependientes de los procesos de financiamiento e industrialización», argumentó Ruzzarin.
Asimismo, aseguró que Trump extendió la imposición de aranceles para «regresar el dinero que pidió prestado durante su campaña», el cual proviene de «capitalistas tecnofeudalistas» como los propietarios de Meta, Google, Apple, Amazon, Microsoft y la propia Tesla, propiedad del magnate sudafricano, Elon Musk, el cual está estrechamente vinculado a la administración de la Casa Blanca. «Estas son empresas americanas que perdieron competitividad contra empresas chinas», acotó.
VTV/DC/CP