Superficie del asteroide Bennu es granulosa
Cuando la nave OSIRIS-REx de la NASA descendió en 2020 al asteroide Bennu para tomar muestras, tuvo que disparar sus propulsores para no hundirse en su granuloso suelo. Ahora se han presentado más detalles de aquel contacto de cinco segundos, en el que se recogió ¼ kilo de material que llegará a la Tierra en 2023. Sus minerales de arcillas y carbonatos podrían aportar valiosa información sobre los albores del sistema solar.
Los datos recogidos en octubre de 2020 durante la recogida de muestras del asteroide Bennu por la misión OSIRIS-REx de la NASA muestran que la superficie del asteroide está formada por fragmentos o rocas poco cohesionados, según dos nuevos estudios que aparecen esta semana en las revistas Science y Science Advances.
⚫ Cuando la misión OSIRIS-REx recogió muestras en el asteroide Bennu, la nave tuvo que usar sus propulsores para no hundirse en su granulosa superficie
⚫ Los 250 gramos recogidos se analizarán en la Tierra@DSLauretta @uarizona @SwRI
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— Agencia Sinc (@agencia_sinc) July 8, 2022
Los autores se han sorprendido con los resultados: la nave espacial se habría hundido en Bennu si no hubiera disparado sus propulsores para retroceder inmediatamente después de tomar el polvo y rocas de su superficie.
El material particulado que conforma el exterior de este asteroide está tan poco empaquetado y tan ligeramente unido entre sí, que si una persona pisara Bennu notaría muy poca resistencia, como si anduviera por una piscina de bolas de plástico en la que juegan los niños.
“Si Bennu estuviera completamente compactado, eso implicaría que sería una roca casi sólida, pero hemos encontrado mucho espacio vacío en la superficie”, apunta Kevin Walsh, investigador del Southwest Research Institute (EE UU) y autor principal del artículo en Science Advances.
Walsh y su equipo analizaron las fuerzas experimentadas por la nave espacial e investigaron las propiedades físicas del material hasta una profundidad de 10 cm en el suelo, descubriendo que la baja gravedad de Bennu ha dado lugar al lecho superficial granular.
La alta porosidad y la baja resistencia del material permiten que el polvo y otras pequeñas partículas se muevan dentro de la subsuperficie del asteroide. Los datos espectrales y térmicos recogidos durante la misión sugieren que estos resultados se aplican a todo el asteroide, no solo al sitio de muestreo.
Según el estudio de Science, liderado por el profesor Dante Lauretta de la Universidad de Arizona (EE UU), se recogieron unos 250 gramos de muestra, que se traerán a la Tierra en 2023 para su análisis de laboratorio. En comparación con los cinco gramos que tomó la nave japonesa Hayabusa2 del asteroide Ryugu, es bastante más, aunque ambas misiones se consideran importantes para estudiar estos asteroides ricos en carbono.
“Tenemos un plan para comprender la historia de Bennu, desde los albores del sistema solar hasta el origen de la vida en la Tierra. Estamos entusiasmados con las muestras porque contienen minerales de arcilla, que son ricos en agua y carbono en forma de minerales de carbonato y moléculas orgánicas”, explica Lauretta a SINC.
VTV/CC/JMP
Fuente: SINC