La circulación de la variante ómicron del coronavirus en Argentina provocó, además de un incremento de casos a niveles récord, que se generaran largas colas de personas para obtener un test PCR en varias ciudades del país, aumentando la posibilidad de contagios durante la espera y facilitando las agresiones contra el personal de salud.
En ese contexto, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) habilitó el uso en Argentina de cuatro «test de autoevaluación en base a la detección del virus SARS-CoV-2», refiere el portal Sputnik.
Se trata de cuatro tipos diferentes de test hechos por los laboratorios Abbot, Roche, Vyam Group y Wiener, que deberán adquirirse en farmacias. En todos los casos, los usuarios deben recoger sus propias muestras nasales con los instrumentos que traen los productos y siempre siguiendo las instrucciones brindadas por los fabricantes.
En todos los casos, los productos presentan al usuario un kit con un hisopo y un tubo en el que se prepara la muestra, que finalmente se coloca en el pocillo del dispositivo de prueba.
La etapa de la toma de la muestra puede ser la más compleja: los fabricantes indican la necesidad de introducir el hisopo en cada una de las fosas nasales, girarlo entre 3 y 5 veces dentro de la nariz y luego introducirlo en el tubo en el que se prepara la muestra.
Por esa razón, el Ministerio de Salud argentino aclara que este tipo de pruebas «proporcionan resultados orientativos, sin valor diagnóstico concluyente«. El organismo deja abierta la posibilidad, sin embargo, de que las jurisdicciones puedan comenzar a considerar los test como válidos, siempre que exista acuerdo con la cartera de Salud. EL/JML