Este año desde casa | Vibraron tambores de Parranda de San Pedro
Con el debido cumplimiento de las medidas preventivas contra la pandemia de la Covid-19, el pueblo de Guarenas y Guatire celebró este lunes 29 de junio desde casa la Parranda de San Pedro, tradición declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Así lo dio a conocer el ministro del Poder Popular Para la Cultura, Ernesto Villegas, a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter @VillegasPoljak, en la cual destacó que pese a la coyuntura por el coronavirus esta festividad se celebró con el mismo fervor y amor por la cultura venezolana.
Hoy #Lun #29Jun #Guatire #Guarenas y #Sarría protagonizan la parranda de #SanPedro, patrimonio cultural de #Venezuela y de la #Humanidad. Este año desde casa, con distancia y tapaboca, pero con la misma alegría de siempre. Entre #cultura y prevención no hay contradicción. pic.twitter.com/wOr4qWl63L
— Ernesto (@VillegasPoljak) June 29, 2020
En otro mensaje, el titular de la cartera de Cultura mostró un video con una representación de esta manifestación popular, a cargo de la Compañía Nacional de Danza desde La Casona Cultural Aquiles Nazoa.
¡Parrandea desde casa!
Hoy #Lun #29Jun #Guatire #Guarenas y #Sarría vibran con parranda de #SanPedro patrimonio cultural de #Venezuela y de la #Humanidad. Este año con drásticas precauciones, pero con misma alegría de siempre. Entre #cultura y #prevención no hay contradicción pic.twitter.com/h9zgM2dKuZ— Ernesto (@VillegasPoljak) June 29, 2020
Los 29 de junio de cada año se celebra en Guarenas y Guatire del estado Miranda la festividad popular y religiosa denominada Parranda de San Pedro, que tiene su origen en la época colonial, cuando una mujer esclava de nombre María Ignacia, quien vivía en algún lugar de Cantón de Guarenas, viendo que su hija Rosa Ignacia no se curaba de una fiebre muy alta, le pidió a San Pedro que intercediera por la sanación de su pequeña y si lo hacía, ella le prometía salir a bailar y a cantarle todos los 29 de junio.
La niña sanó y la noticia de la promesa que había hecho María Ignacia se regó por toda la zona. Los demás esclavos decidieron acompañarla en su canto y baile por las polvorientas calles del poblado.
Pasaron los años y María Ignacia enfermó y murió, su marido, para no romper la promesa que ella había hecho, decidió vestirse con sus ropas, abultar su abdomen con trapos (para simular embarazo), con una muñeca en sus brazos (Rosa Ignacia) y sus dos hijos varones, cuya presencia es de carácter simbólico ya que se dice que era la manera de unir los partidos políticos de la época: Liberales y Conservadores, que realizaron un pacto para no politizar la celebración.
Esta tradición se ha mantenido gracias a la voluntad de los cultores de las zonas donde se realiza dicha celebración, razón por lo cual fue reconocida por la Unesco en 2013. /XN